Lección 20 Comentario de textos de poesía del Siglo de Oro

CURSO DE COMENTARIO DE TEXTOS DE POESÍA DE LA EDAD DE ORO


Lección 20

 

12.- NIVELES DEL LENGUAJE Y ESTILÍSTICA

 

12.1.-MÉTRICA.

      En 1526, tiene lugar, entre otras cosas, una verdadera revolución métrica en la poesía castellana. Por la trascendencia de las innovaciones, el hecho sólo tiene parangón en otro momento de similar importancia renovadora en la literatura castellana: la publicación en 1888 de Azul, el libro del nicaragüense Rubén Darío, con el que se considera simbólicamente que se inicia el Modernismo.

     Los versos más usados serán el heptasílabo y, sobre todo, el endecasílabo. Ambos se importan de Italia en el XVI junto con las estrofas características del Renacimiento italiano: soneto, octava real, tercetos (encadenados), silva, estancia (o canción renacentista, (de la cual será una derivación la lira, aparentemente inventada por Garcilaso). La elegía y la epístola vienen a ser ensayos variados con los que se intentaba imitar las estrofas clásicas correspondientes a base de ensayar combinaciones de endecasílabos (tercetos para la elegía en Garcilaso, v.gr;) o de endecasílabos y heptasílabos (variantes de la estancia, en realidad).

     En los endecasílabos renacentistas predomina un ritmo de intensidad ternario, es decir, que aparecen tres acentos y, consecuentemente, tres palabras destacadas por verso. A veces nos encontramos un movimiento binario superpuesto a un ritmo cuaternario, o sea, versos bimembres, escindidos en dos periodos (casi como dos hemistiquios) cada uno de ellos con dos acentos.

     Los tipos rítmicos más frecuentes son enfático, heroico, melódico en primer plano, y sáfico y dactílico en un segundo plano. En el Renacimiento son mayoría los tres primeros y, en menor medida, el sáfico. En el Barroco habrá una variedad mayor y se probará una gama mayor de esquemas acentuales. 


12.2.- LOS RECURSOS FÓNICOS.

 Siguiendo a Petrarca y a Horacio, entre otros, se intentará aprovechar al máximo el valor fonético y musical de las palabras. Los poetas renacentistas y barrocos llevan a cabo un trabajo muy reflexivo sobre los recursos fónicas y su capacidad expresiva (Garcilaso: “En el silencio sólo se escuchaba…”).

 De ahí la presencia de aliteraciones, armonías vocálicas, onomatopeyas, anáforas y recursos similares. También pondrán especial esmero en las rimas. Procurarán evitar las fáciles o vulgares, así como también las chocantes o extravagantes.

 Buscarán las rimas “sonoras” o “dulces”, adjetivos con los que vienen a referirse a una musicalidad suave y armoniosa, sin estridencias.

 Por ello también recurren en ocasiones a la rima en eco, sobre todo la asonantada, que se prefiere a la consonante (que tanto éxito tuviera entre los poetas cortesanos) por considerarla demasiado rotunda.


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