CURSO DE COMENTARIO DE TEXTOS DE POESÍA DE LA EDAD DE ORO
Lección 2
EL RETORNO DEL HOMBRE A SU SER NATURAL:
POR QUÉ TOMARON COMO MODELO EL MUNDO CLASICO.
Una rasgo fundamental del Renacimiento artístico y cultural es el retorno a los antiguos, entendido también como un retorno al principio: como una vuelta a lo que da fuerza y vida a cada cosa y de lo que depende la conservación y el perfeccionamiento de todo ser.
Había que volver al descubrir la “naturaleza” de cada cosa. La Naturaleza es un tema recurrente en el Renacimiento. Siempre hemos de pensar que se refieren con ello a un concepto mucho más amplio que el ecológico.
No es sólo la naturaleza física del mundo. Es algo así como la creación en toda su amplitud.
Pero además, también es el ser “natural” o “propio” de cada cosa. Para que nos hagamos una idea de lo que supone este concepto, pensemos v.gr; que la “naturaleza” del hombre es ser racional y sensible ; no ser un bruto o pensar sólo en las cosas materiales.
Desde la perspectiva del hombre renacentista, en el mundo se ha producido durante la Edad Media una corrupción de todos los valores, una corrupción del hombre y de la sociedad. Las sociedades del mundo grecolatino serán admiradas por su civilización. Se considerará que alcanzaron tal nivel de desarrollo cultural porque vivían más en consonancia con ese principio. Pero su ideal de vida “natural” va más allá incluso de los propios clásicos.
El hombre que vive en contacto con la naturaleza será envidiado por estar más cerca del ser natural del hombre. Se reanimarán el mito edénico de La Arcadia Feliz o de la Edad de Oro, y el tópico estoico del Beatus ille (Horacio) o el equivalente del Menosprecio de corte y alabanza de aldea (Fray Antonio de Guevara), etc.
El retorno al principio (tras corrupción o decadencia) es un concepto que vemos en todos los campos. Era un concepto neoplatónico (el alma debía volver a ser sólo espíritu, debía volver a su principio, Dios). Pero también los políticos sostenían que las sociedades debían volver a sus principios para evitar la decadencia (Maquiavelo, por ej. o Bruno o Campanella, y, como medio para conseguirlo, a menudo propondrán las llamadas “utopías” creaciones típicas de esta época capitaneadas por la que les da nombre, la Utopia de Thomas Moro).
El retorno del hombre a su principio es un retorno a lo que ha sido, a su lejano pasado, a los orígenes de la historia. Esto incluye a los clásicos. Pero también va más allá de ellos hasta otro concepto aún más “puro”: la idea utópico-edénica del “hombre natural”.
Ellos creen que en el mundo clásico precisamente ha encontrado su expresión madura y perfecta el ejercicio de aquellos poderes que desde los orígenes han asegurado al hombre su puesto privilegiado en la creación. Porque en la naturaleza del hombre está el gobernar la naturaleza, pero con sentido común, racionalmente, respetando las leyes naturales en todos los ámbitos.
A través del El retorno a la antigüedad clásica, es al mismo tiempo, el retorno del hombre a sí mismo, a su ser “natural”. A través de esa vuelta a los clásicos en busca de criterios para organizar la vida del hombre, se realiza lentamente la conquista de la personalidad humana.
El descubrimiento de la historicidad y de la investigación filológica del mundo clásico dan al hombre renacentista el sentido y la medida de su propia situación, de su propia originalidad, de sus capacidades y de sus coordenadas frente a los demás hombres y tiempos.
EL HUMANISMO
La palabra “humanismo” se aplica con varios sentidos.
A veces, designa en general al pensamiento, al conjunto de ideas y, en definitiva, a la actitud ante la vida y ante la cultura propias del Renacimiento.
Otras veces, en sentido más restringido, designa el interés de los renacentistas por estudiar “científicamente” los textos de la cultura clásica (“científicamente”; es decir, investigando, analizando, para devolverles su sentido original y librarlos del olvido o de las malas interpretaciones medievales: estudio filológico).
El humanismo, sin embargo, no es sólo el amor y el estudio de la sabiduría clásica. Además se preocupa de demostrar las coincidencias, la compatibilidad -en los puntos esenciales- entre el mundo clásico y el pensamiento cristiano.
Otro aspecto importante del humanismo es “el descubrimiento de la historia”; es decir, el descubrimiento del sentido histórico.
El hombre medieval, en cierto modo, vivía en un mundo intemporal, rodeado de una serie de valores e ideas inamovibles, fijas.
El humanismo descubre la dimensión histórica del hombre. Que lo importante no sea la vida terrenal sino la que hay más allá, puede se una verdad eterna, sí, pero cada época de la historia es distinta, el hombre vive de distinta forma esa vida terrenal en cada época, y es preciso estudiar y conocer las características de cada época porque así el hombre renacentista (por comparación) pueda adquirir conciencia y un mejor conocimiento de su propia época. Con su interés por lo antiguo -pero por lo antiguo auténtico, no como había sido deformado en la Edad Media- el humanismo renacentista adopta por primera vez la actitud de la perspectiva histórica para enjuiciar al hombre en sus distintas épocas.
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