Lección 5 Comentario de textos de poesía del Siglo de Oro

CURSO DE COMENTARIO DE TEXTOS DE POESÍA DE LA EDAD DE ORO


Lección 5

EL RENACIMIENTO: LAS NUEVAS IDEAS.

En el conjunto del Renacimiento podemos señalar algunos puntos esenciales dentro de algunos campos básicos.

1.- LA FILOSOFÍA EN EL RENACIMIENTO.


En sentido estricto, el Renacimiento no produjo ninguna filosofía original. En general, podemos decir que se limitó a revitalizar (revisándolas críticamente) las antiguas filosofías clásicas y a intentar conciliarlas con las exigencias del cristianismo.

1.1.- EL ESCEPTICISMO.
Más que un sistema de pensamiento, el escepticismo había sido entre los griegos cierta actitud hacia el saber. Sus logros filosóficos fueron menores, pero su método, el examen racional de las ideas, ha ejercido una amplia influencia durante siglos.
Los escépticos también pretendían la consecución de la felicidad a través de la “ataraxia”(ausencia de dolor), pero mientras el epicureísmo o el estoicismo piensan conseguirla mediante una doctrina determinada, los escépticos se basan en la crítica y la negación de cualquier doctrina determinada.
La tranquilidad del espíritu -en la cual consiste la felicidad según ellos- se consigue no siguiendo una doctrina, sino rechazando cualquier doctrina. La indagación, la reflexión es el medido para conseguir esa negación y, en consecuencia, la ataraxia.
El escepticismo coincidía con la actitud crítica y racionalista propia del Renacimiento. Los renacentistas se opusieron al dogmatismo de la escolástica medieval y defendieron el derecho del hombre a pasar todos lo conocimientos por el filtro de la razón. El hombre no tenía por qué aceptar ninguna verdad impuesta, sino que tenía derecho a someter cualquier idea al juicio de la razón y, sólo tras su examen reflexivo, aceptarla o no. El dogmatismo y el principio de autoridad quedan, pues, rechazados.
En definitiva, los viejos ideales escépticos armonizaban con la confianza renacentista en la razón humana y sus posibilidades. Los conocimientos tradicionales serán puestos a prueba por los renacentistas con este criterio.

1.2.- EL ESTOICISMO.
El estoicismo ya había ejercido una gran influencia en el pensamiento de la España medieval gracias a sus puntos de contacto con la moral cristiana. Además, Séneca, estoico, era cordobés y siempre se le tuvo como un clásico “nacional”, lo cual despertaba más interés hacia él y hacia el estoicismo en general.
En el Renacimiento también ejerció gran influencia el estoicismo, además de su coincidencia con el cristianismo, tenía puntos de contacto con los ideales renacentistas: exaltación de la dignidad del hombre y de la vida de acuerdo con la naturaleza, elogio de la serenidad emocional y espiritual y de la resignación viril ante el dolor, etc.
Los estoicos creían que el mundo estaba gobernado por una ley inmutable (de origen divino), es decir, por una especie de “destino” (el fatum) contra el que el hombre no podía hacer nada. El hombre debía aceptar todo lo que le ocurriera en su vida con lo que hoy llamamos precisamente “estoicismo”: debía resignarse ante las desgracias (y no desesperarse, puesto que nada se podía hacer contra el fatum) y frente a las alegrías debía adoptar también una actitud serena (y no entusiasmarse). De este modo, el hombre prudente, debe orientar su vida a perfeccionarse a sí mismo, a conocerse y a esforzarse por alcanzar la indiferencia ante cualquier emoción: esto es lo que llamaron “apatía” (=sin emociones).
Los estoicos despreciaban, por tanto, todo lo material: dinero, lucha por el poder o el éxito, lujo, placeres sensuales…pues todo ello lo consideran meras apariencias engañosas que acaban conduciendo al hombre al dolor. Este aspecto será trasladado a menudo a la literatura en el tema tópico del Beatus ille (Horacio) o “Menosprecio de corte y alabanza de aldea” (Fray Antonio de Guevara). Se critica al comerciante que entrega su vida a la suerte que puedan correr sus barcos, se censuran las ambiciones económicas o políticas que mueven a la gente en la ciudad o en la corte y se exalta la vida “natural”; esto es una vida más en contacto con la Naturaleza misma y con la naturaleza del hombre, libre de preocupaciones, ambiciones o ansias de poder, lujo, riquezas, etc. En este sentido se crea ahora un mito que será clave en el XVIII, el del “buen salvaje” (Fray Antonio de Guevara, El villano del Danubio), el hombre cuya vida rústica, más pura y sencilla, pone al descubierto los errores y contradicciones de la vida del hombre “civilizado”.

1.3.- EL EPICUREíSMO.
Los epicúreos creían que el placer es el único medio por el que el hombre puede alcanzar la felicidad. Sin embargo, distinguen placeres estáticos, de placeres dinámicos. Los dinámicos consistirían en el gozo activo; los pasivos consisten sólo en eludir o evitar el dolor. A partir de esta distinción, afirman que sólo son posibles los placeres estáticos. La felicidad a la que puede aspirar el hombre consiste en lo que llaman la “ataraxia”(=ausencia de dolor). La sensualidad de los epicúreos es, por tanto, relativa.
No obstante, la moderada invitación epicureísta a la sensualidad está presente, en general, en la visión sensual de la naturaleza característica del Renacimiento y, de modo más concreto, en temas como por ejemplo el Carpe diem (Horacio) o Collige, virgo, rosas (Ausonio).

1.4.- PLATONISMO.
La poesía del Renacimiento y del Barroco hace un amplio uso de las ideas platónicas y neoploatónicas. Su concepción del amor y muchos temas e imágenes están inpirados en ellas.
Como casi todas estas filosofías, el platonismo renacentista no es del todo idéntico al de propio Platón (siglo V A.C), sino fruto de la interpretación que de las teorías de Platón hicieron filósofos posteriores: en este caso, los llamados neoplatónicos. Estos, cuyo principal representante es Plotino (siglo III D.C.), lo que hicieron en esencia fue “cristianizar” las ideas de Platón, hacerlas compatibles con la moral católica.
Para nuestros fines, consideraremos los siguientes aspectos del platonismo/neoplatonismo:

1.4.1. LA TEORÍA SOBRE EL MUNDO DE LAS IDEAS.
Platón consideraba que este mundo material en el que vivimos es un mundo imperfecto, una copia defectuosa de otro mundo superior, perfecto, espiritual: el mundo de las Ideas. Simplificando, podemos decir que para Platón las mesas, por poner un ejemplo, son sólo copias imperfectas de una”Mesa ideal”, de la “Idea de Mesa” que está en el mundo de las Ideas. Nuestra vida en la tierra es imperfecta, por ser una mezcla de vida espiritual y vida material (cuerpo y alma); la vida en el reino de las Ideas es perfecta porque sería sólo espiritual (sólo alma).

1.4.2. EL MITO DE LA CAVERNA.
La vida del hombre en este mundo material es una vida imperfecta. Este es un mundo de sombras (las que se reflejan en la pared de la caverna) y el hombre, para perfeccionarse debe buscar la “Luz”,el conocimiento.

1.4.3. LA INMORTALIDAD DEL ALMA: LA TEORíA DE LA METEMPSICOSIS O TRANSMIGRACIÓN DE LAS ALMAS.
Los pitagóricos habían defendido que el alma era inmortal. Para el alma, el cuerpo (material, imperfecto, mortal) es una cárcel en la que la divinidad la ha confinado como castigo. Los poetas recurrirán a menudo a esta metáfora o a la del cuerpo como un velo que cubre el alma y le impide por un lado, ver con claridad la verdad de las cosas, y, por otro, volver a elevarse a su mundo original. El alma puede volver a una vida superior (sólo espiritual) si durante su vida corpórea se purifica lo suficiente (es decir, si el hombre sigue una vida virtuosa). En caso contrario, (p.ej. si el hombre lleva una vida desordenada) tras la muerte del cuerpo (ruptura del velo), el alma se encarna (“transmigra”) a otro cuerpo. Este paso de un cuerpo a otro se va repitiendo hasta que el alma logra la máxima purificación.

1.4.4. LA “CAÍDA EN EL MUNDO” (Versión platónica del mito del pecado original).
El hecho de que el hombre en la tierra lleve una vida impura, mixta, mezcla de cuerpo y de alma, Platón lo explica metafóricamente. Habla de que, mientras vivía en el mundo perfecto de las Ideas, el alma iba en un carro tirado por dos caballos. De estos caballos, uno era veloz y obediente; el otro caprichoso y díscolo. El resultado de la pugna entre ambos fue que el alma perdió su camino recto y “cayó” en este mundo material.

1.4.5. LA TEORÍA DE LA ANAMNESIS O REMINISCENCIA.
Según lo visto antes, el alma es inmortal. Ha nacido muchas veces y ha visto muchas cosas del mundo material en reencarnaciones anteriores; además, había vivido antes en el mundo de las Ideas. Con estas premisas, Platón postula que el conocimiento de los hombres no consiste en “aprender”, sino en “recordar” lo que ya sabía.

1.4.6. EL AMOR PLATÓNICO.
Lógicamente, para Platón la Belleza, por antonomasia, será la Belleza Ideal, espiritual que en estado puro sólo existe en el mundo de las Ideas. Frente a ella, la belleza material es imperfecta, sólo una sombra de aquella.
Pero la belleza posee grados diversos, y al hombre le es posible elevarse con esfuerzo desde la belleza material hasta llegar a conocer o al menos intuir la Belleza espiritual. De este modo, la belleza física de una mujer (como también la belleza de la naturaleza o de una obra de arte, en otro sentido) será sólo un reflejo de su belleza espiritual, y ésta, en última instancia, sólo un reflejo de la Belleza misma (de la belleza de dios, según lo reinterpretaron los neoplatónicos). El amor físico, en esta doctrina es considerado, por tanto, imperfecto, erróneo. El verdadero amor es sólo espiritual. A través de la perfección física de una mujer, el hombre puede llegar a intuir la perfección de Dios mismo.
Cuando el alma ha caído en el cuerpo, la belleza es el elemento esencial que la despierta y le hace recordar la perfección (del mundo de las Ideas) que ha perdido. Es una de las vías de purificación que el hombre tiene a su alcance.
El hombre, apenas la ve, reconoce la belleza por su luminosidad gracias a la vista, el más perfecto de los sentidos. La belleza, pues, hace de mediadora entre el hombre caído y el mundo de las Ideas, le enseña “el camino de vuelta”; es su guía para conseguir, mediante un amor puro, la perfección y librarse de las imperfecciones.
Una última peculiaridad: el alma, cuando vivía en el mundo de las Ideas se componía de dos mitades. Al “caer”en el mundo,las dos mitades se separan. Esas dos mitades son los dos amantes: están “hechos el uno para el otro” porque eran una unidad en el Mundo de las Ideas. Cuando se ven en este mundo, empiezan a “recordar”, se reconocen instantáneamente: es “el flechazo”.

 

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