Tabla de contenidos
La aliteración, definición y ejemplos
CURSO DE RETÓRICA.
Los recursos fónicos. Lección 1:
La aliteración (1ª parte).
1.- ALITERACIÓN.
Definición.
Repetición, a una distancia relevante, de uno o varios fonemas con fines significativos. Los fines significativos, como ocurre con todos los recursos literarios, vendrán determinados por el contexto en el que se produzca la aliteración y por la naturaleza global del texto del que forme parte. Los sonidos tienen la capacidad virtual de sugerirnos ciertas connotaciones u otras, pero esta potencialidad sólo se concretará en unas sugerencias y asociaciones semánticas u otras en función del contexto de aparición de la aliteración.
- Para ver tipos de aliteración y su relación con otro recurso fónico puedes consultar después este otro artículo.
Ejemplos:
“…En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba...”(Garcilaso de la Vega)
“…¿Quién no se llama Carlos o cualquier otra cosa?
¿Quién al gato no dice gato gato?…” (César Vallejo)
Características:
Podemos encontrar diferentes casos:
- Por la repetición de un solo sonido (consonantes y/o vocales) en varias palabras de uno o más versos.
- Por la repetición combinada de varios sonidos de efectos similares.
- Puede combinarse o “aparecer al mismo tiempo” con otros recursos”, cuando se repiten palabras (como en la reduplicación (ver antes: gato gato), palabras de la misma familia (derivación y juegos de palabras) o sintagmas.
Todo ello lo iremos viendo en los ejemplos y ejercicios de esta y de las siguientes lecciones de este curso.
Funciones de la aliteración
1.A.-La aliteración: un ejemplo de cómo procede el lenguaje literario y de cuál es el objetivo de un comentario de texto literario.
Estos versos pertenecen a un fragmento de la Égloga III de Garcilaso de la Vega en el que el gran poeta renacentista reelabora el tópico clásico del locus amoenus: el lugar ameno, paraje hermoso y sereno que simboliza la perfección de la naturaleza. La tranquilidad, el silencio (que forman parte de ese tópico), constituyen el contenido el significado que Garcilaso nos quiere comunicar en estos dos versos. Las eses, por sí mismas, no significan directamente “serenidad”, “silencio”, etc; pero su empleo repetido nos transmite una sensación de “suavidad”, “tranquilidad” etc; con lo que contribuyen indirectamente a reforzar la expresión de esa experiencia de “serenidad”, “silencio”,etc; que el poeta nos quiere transmitir.
El significado de las palabras del texto silencio, sólo se escuchaba…, ya nos informa racionalmente de la amenidad del lugar. Pero estas palabras, como sabemos, están ligadas al contenido que pretenden expresar solo por un lazo: el de la convención lingüística, el hecho de que hayamos “decidido” que silencio signifique lo que registra el diccionario.
Una primera representación, por tanto, de la relación entre este significante (los dos versos de Garcilaso) y su significado, es esta:
SIGNIFICADO o CONTENIDO: ‘ERA UN SITIO MUY TRANQUILO’
SIGNIFICANTE o FORMA: “En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba”
Lo que logramos con la aliteración nos muestra el modo de actuar característico del lenguaje literario: dentro de un contexto determinado, con la aliteración se refuerzan, se multiplican los lazos que unen fondo y forma.
El significado (“silencio, tranquilidad”) queda evocado, por así decirlo, no sólo por significantes establecidos por el pacto lingüístico como “solo se escuchaba“, sino también por un significante “nuevo”, “inventado” por la lengua literaria en el contexto concreto de la poesía que comentamos: “muchas eses”.
También -y de nuevo “por así decirlo”- junto al significado habitual de esas palabras (“era un sitio tranquilo”) aparecen significados “nuevos”: la sensación de suavidad, relajación que sugieren las “muchas eses”.
En realidad, como sabemos, lo que ha ocurrido es que se ha creado un signo “nuevo”; en el contexto de una obra literaria, los signos lingüísticos se han convertido en signos literarios.
El ejemplo nos viene de perlas para insistir en otro aspecto. Está claro en esta aliteración que el efecto conseguido no se logra con una sola palabra. La aliteración afecta a un grupo numeroso de ellas. Aparte de lo que cada una signifique denotativamente, en el contexto de estos versos están unidas, asociadas en una tarea común: la de evocar (significar) ese silencio, esa armonía. Todas juntas son un significante de ese significado sugerido. Es lo que veíamos:
SIGNIFICADO: ‘ERA UN SITIO MUY TRANQUILO’
SIGNIFICANTE: “En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba”
Podemos verlo también desde este punto de vista: el de le estrecha interconexión de los signos literarios, su interdependencia. De este modo alcanzamos nuestro punto de llegada favorito: podemos ver la obra literaria como un sólo signo cuyo significado pretendemos sintetizar en el tema y cuyo significante es la obra entera (en el ejemplo del Quijote, desde “En un lugar de la Mancha…” en adelante).
A la capacidad racional que las palabras de los dos versos de Garcilaso tiene de significar “amenidad” (capacidad ya presente en la lengua ordinaria) se añade la capacidad que tiene este recurso literario para transmitirnos una sensación (contenido psíquico), en este caso, la “amenidad”, lo que sentiríamos ante un paisaje “ameno”.
Podríamos decir que un texto no poético se limita a informarnos (“era un sitio muy tranquilo”). El texto poético -recordando las palabras de Carlos Bousoño- pretende que experimentemos una sensación (contenido psíquico) análoga a la que sentiríamos ante un paisaje ameno real. Aquí se trata de un paisaje… Lo mismo podríamos decir del amor, el odio, la muerte, la angustia por el paso del tiempo…
Resumiendo, la aliteración, como todos los recursos del lenguaje literario, refuerza la cohesión fondo/forma. Además, ella en concreto -como en gran medida el resto de recursos fónicos- lo hace de modo exclusivamente irracional, pues “muchas eses”, de hecho, no “significa” nada concreto sino que dependiendo del contexto, puede evocar o sugerir unas sensaciones u otras.
Si en el ejemplo de Garcilaso la acumulación de eses sugería algo positivo, porque se combinaba con los demás elementos de ese poema en concreto (ritmo, significado de las palabras que se emplean….), veamos que pueden tener un efecto completamente “negativo” en otro caso:
“El sapo que viscosamente liso
las redes burlar quiso” (Luis de Góngora).
¿A que esta aliteración de eses no nos transmite sensación de tranquilidad sino de repulsión?
Continuando con este tutorial sobre recursos fónicos y Retórica literaria en general, ahora puedes continuar respondiendo a las preguntas del siguiente ejercicio.
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