La anadiplosis, definición y ejemplos

Definición y ejemplos de anadiplosis

CURSO DE RETÓRICA.
Los recursos fónicos.
Lección 4:
La anadiplosis.

Definición del concepto

Se produce cuando se repite la última parte de un verso (o de un grupo sintáctico y de sentido) al principio del siguiente verso (o cláusula sintáctica).
Como ya hemos comentado en otro artículo, la inmensa mayoría de los recursos literarios o figuras retóricas pueden usarse tanto en verso como en prosa, salvo los específicos de la métrica. Por esa razón hablamos en nuestras definiciones de versos (para la poesía) o de grupos o cláusulas sintácticas (en general, para la prosa).

Ejemplos de anadiplosis

En el conocido (y no muy afortunado, pues su contenido rebosa resentimiento) poema de Bécquer etiquetado con el número LXIII en sus Rimas,  nos encontramos varios casos. Por ejemplo:

“… Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
 ésas… ¡no volverán!

 Volverán del amor en tus oídos…”

Otra muestra podemos ver en estos versos de San Juan de la Cruz:

“…¡Oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!…”

El gran  poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) nos brinda otro ejemplo:

“…par entre los pares, maestro, ¡salud!,
¡salud!, porque juzgo que hoy muy poca tienes…”

Y en José Agustín Goytisolo (España, 1928 – 1999) podemos ver esta otra muestra:

“…¡Oh sí; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero…”

Y el poeta mexicano Guillermo  Prieto (1818-1897),, en su  Romancero Nacional:

“…Haciendo de proyectiles,
 Proyectiles desastrados…”

O esta otra de la española Andrea López Montero

“….Queda la mediocridad de luz,
luz de costumbre…”

Un caso dentro de un mismo verso

Juan de Tassis, Conde de Villamediana  (1582-1622) nos ofrece este otro en el que nos encontramos esta figura retórica dentro del miso  verso, pero  al final y al  principio de dos cláusulas sintácticas diferentes :

“”…Sólo es servir, servir sin ser premiado…”

Tipos de anadiplosis. Casos especiales

Debemos tener en cuenta que también se considera anadiplosis cuando lo que se repite no es ya solo una palabra, sino un sintagma corto, normalmente artículo o determinante + nombre o bien,  preposición o conjunción + el elemento que introduzca. Veamos ejemplos de todo ello:

“…las horas que limando están los días,
 los días que royendo están los años…”
(Luis de Góngora)

“”…Mi sien, florido balcón
de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón,
y mi corazón con canas….”
(Miguel Hernández)

“”…herida flota en el río
en el río del amor…”
Óscar Hahn (Chile, 1938)

Y en un conocido poema de Joan Margarit (España, 1938-1921), encontramos esta otra variante de anadiplosis:

“””...Un tranquilo silencio: aquí esperamos
redondear estas piedras del dolor
para que cuanto fuiste sea música,
la música que llene nuestro invierno...”

Consideración final

Para terminar, recordemos que muchas veces un recurso literario no actúa solo en un nivel del lenguaje, sino en varios, por lo que todas las clasificaciones de figuras retóricas son arbitrarias o, si lo preferimos, discrecionales.  La nuestra también.
Los recursos se clasifican dentro de un tipo u otro (fónico, sintáctico, lexico-semántico….), solo por comodidad o por tradición. En el caso de la anadiplosis esto también se aplica, dado que, puesto que lo que se repiten son palabras, (y no solo sonidos como en el caso de la aliteración o de la onomatopeya) evidentemente estamos hablando de un recurso que también actúa a nivel gramatical y léxico.

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