Cómo hacer un comentario de texto: el análisis de la forma

Cómo se hace el análisis de la forma.

[***Vease ahora nuestro Curso de Análisis de la Forma para ampliar esta introducción general que aquí ofrecemos]


Esta es sólo una introducción general al tema. En posteriores mensajes y, especialmente, cuando desarrollemos los modelos de comentario de texto explicados paso a paso, habrá unas instrucciones más concretas sobre el análisis de la forma en diferentes estilos de comentario de texto.

¿Cómo se hace en un comentario de texto literario el análisis de la forma? Esta pregunta tiene, sin duda, múltiples respuestas. Depende del texto del nivel de enseñanza y del marco en el que estemos trabajando.

A veces, el objetivo es exclusivamente el comentario de un texto en concreto por sí mismo. Otras veces, el comentario de un texto se hace en el marco de un estudio más amplio y, en ese caso, quizá al comentarista sólo se interese analizar determinados aspectos del texto en cuestión. También se hace el comentario de texto de un modo u otro, según el área educativa de la que se trate: secundaria,bachillerato, prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, preparación de oposiciones, estudios universitarios, tesis, tesinas,etc.

Al estudiante que se inicia en la técnica del comentario de textos literarios, normalmente le resulta más útil acogerse a algún modelo de comentario de textos que ya esté lo suficientemente asentado y contrastado y que, además, ofrezca un esquema claro de pasos a seguir. Si es preciso, incluso puede simplificarse o reducirse el esquema de comentario a sus secciones fundamentales, en aras de favorecer el aprendizaje inicial.

Cuando se empieza a hacer comentarios de texto, es frecuente que el apartado que más dificultades presente para aquellos que se inician en esta técnica de trabajo sea el llamado, según los casos, “análisis estilístico” o “análisis de la forma (partiendo del fondo o tema)”, etc.

Los dos modos básicos de afrontar esta parte del análisis en cualquier esquema de comentario de textos literarios son los siguientes:

Un análisis lineal Es decir, el tradicional “verso a verso” o “línea a línea”. En este caso, simplemente, se comienza por la primera línea del texto -si es prosa- o por el primer verso -si es poesía- y se va comentando de arriba abajo todo aquello digno de mención que se va encontrando en el texto desde el punto de vista lingüístico o retórico.

Una redacción del análisis de la forma lineal podría tener un aspecto semejante al siguiente: El primer verso se abre con una metáfora que…” “En los versos primero tercero y cuarto observamos una anáfora que…”

Un análisis por niveles. En este otro esquema de comentario, el análisis se aborda por niveles lingüísticos. Es decir, se hace un subapartado para cada uno de los niveles lingüísticos que se vayan a comentar (pragmático, fónico, sintáctico, léxico-semántico…).En cada nivel, se comenta todo aquello que sea significativo en todo el poema.

Dentro de cada nivel de análisis, normalmente, se seguirá un orden lineal comentando los diferentes aspectos relativos a ese nivel “de arriba abajo” desde el principio hasta llegar al final del texto.

Así, por ejemplo, si en nuestro esquema de comentario abrimos un subapartado para el análisis de todo aquello relacionado con el nivel fónico, comentaremos todos los aspectos fónicos relevantes del texto empezando por la primera línea o verso y siguiendo en orden descendente hasta completar el análisis de todo lo relativo a ese nivel fónico en el texto.

Del mismo modo procederemos con cada uno de los niveles de análisis que incluya el modelo de comentario que estemos siguiendo.

El número de niveles y la naturaleza de los mismos, claro está, dependerá del modelo de comentario que se esté aplicando.

La redacción del análisis de la forma dentro de un esquema de comentario por niveles podría ser algo parecido a lo siguiente: “Por lo que se refiere al nivel fónico, este poema destaca por un ritmo vigoroso y muy expresivo, como puede apreciarse, por ejemplo, de un modo muy marcado, en las anáforas, presentes en todo el texto, tal como vemos ya en la primera estrofa en los versos primero y tercero y cuarto con la repetición de…”

Dicho esto, en mi opinión, el principiante suele obtener mejores resultados -o si se quiere resultados más “aparentes”- si sigue un esquema de comentario que estructure el análisis de la forma por niveles. Sí, porque al ofrecer el modelo de comentario un esquema más estructurado, favorece que la redacción del comentario tenga también un aspecto más estructurado. También exige al comentarista un mayor esfuerzo de reflexión y de captación abstracta de la organización y del sentido último del texto y, de este modo, facilita al estudiante una mejor visión de conjunto de los fenómenos relevantes que tienen lugar en el texto analizado. Todo esto ayuda al estudiante a evitar el típico error de limitarse a hacer una superficial “lista de recursos literarios” sin entrar a analizar realmente el texto. Siguiendo un esquema de comentario de texto organizado en niveles, en el apartado de análisis formal, lo que quizá se pierda en detalle por falta de experiencia, se gana en cohesión y organización en el modo de exponer el comentario. Se disimulan mejor los efectos, podríamos decir también en otro tono.

[***Para ampliar esta introducción vease nuestro Curso de Análisis de la Forma ]

14 comentarios en «Cómo hacer un comentario de texto: el análisis de la forma»

  1. Benditos sean el año,el mes,el día,
    la estación,la hora,el tiempo y el instante, y el país y el lugar que delante
    de los ojos que me atan me veía;

    y el dulce afán primero que sentíaando
    cuando me ataba Amor,y aquel tirante
    arco, y sus flechas y,en mi pecho amante,
    las profundas heridas que me abría

  2. Estoy interesado en el tema de literatura forense , para identificar autores de textos y ademas de la aplicación de la linguística a los mismos. Todo relacionado con la identificación forense de autores de textos por su redacción.

  3. Ya cantan los gallos,

    amor mío, y vete:

    cata que amanece.

    Vete, alma mía,

    más tarde no esperes,

    no descubra el día

    los nuestros placeres.

    Cata que los gallos,

    según me parece,

    dicen que amanece

  4. Me gustaría asesoramiento para este comentario de texto que debo realizar… Gracias.

    La piedra
    Puede que la roca de Sísifo en su caída se lleve consigo por delante la democracia, la cultura, la libertad de expresión y todos los sueños de una generación que no ha tenido la culpa de que los políticos, los banqueros y ejecutivos fueran unos tan golfos y otros tan ineptos

    Sísifo había sido condenado por los dioses a cargar con una pesada roca hasta la cima de un monte. Logrado su propósito la roca se le escapaba de las manos y rodaba hasta el fondo del valle. Sísifo debía empezar de nuevo. Una y otra vez. El mito de Sísifo es eterno y puede aplicarse, como castigo, a cualquier orden de la vida. Hace ya muchos años mi generación comenzó a acarrear esa roca de Sísifo a la cumbre de la montaña. Primero con alpargatas, luego con zapatos de Segarra, después con gasógeno, con el biscúter, con la vespa, con el seiscientos. Los obreros se fueron a Alemania y aquí la clase media jadeaba con la piedra al hombro, pero comenzó a celebrar la vida con un pollo al ast y los domingos al salir de misa unos pedían una de calamares o de gambas al ajillo en el bar y otros se iban a la sierra a comer una tortilla de patatas con la suegra. Los Beatles se pusieron a cantar, murió aquel sátrapa, llegó la libertad y la democracia con el diario EL PAÍS bajo el brazo. Con el golpe del 23-F la roca de Sísifo estuvo a punto de rodar hasta el fondo del valle, pero la ascensión siguió su curso. Del chato de vino se pasó al gin tonic, llegó el gobierno socialista, Europa, la movida, la cultura del pelotazo, el milagro español, la fiebre del ladrillo, el crédito a mansalva, el placer de la especulación y la codicia. La derecha se instaló en el gobierno y con ella siguió la fiesta procaz de los bonus, el impúdico despilfarro político, los banqueros y consejeros delegados que cargaban con pala los millones de euros y blindaban sus contratos con cifras fuera de la imaginación de los simples empleados. Sísifo llegó, por fin, a la cima del monte y, como es lógico, la roca se le fue de las manos y ahora está rodando cuesta abajo. Nadie sabe a qué altura de la ladera se detendrá, si en los años cincuenta del siglo pasado ante la cola del aceite o en los sesenta ante unas sardinas en papel de estraza, pero eso solo es economía. Puede que la roca de Sísifo en su caída se lleve consigo por delante la democracia, la cultura, la libertad de expresión y todos los sueños de una generación que no ha tenido la culpa de que los políticos, los banqueros y ejecutivos fueran unos tan golfos y otros tan ineptos.

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