Soneto III de Luis Carrillo y Sotomayor, Con qué ligeros pasos vas corriendo

Luis Carrillo y Sotomayor, Soneto III

¡Con qué ligeros pasos vas corriendo!
¡oh cómo te me ausentas, tiempo vano!
¡ay, de mi bien, y de mi ser tirano!
¿cómo tu altivo brazo voy siguiendo?

Detenerte pensé, pasaste huyendo, 5
te seguí, y ausentástete liviano,
te gasté a ti en buscarte, ¡oh, inhumano!
Mientras más te busqué, te fui perdiendo.

Ya conozco tu furia, ya humillado,
de tu guadaña pueblo los despojos; 10
¡oh, amargo desengaño no admitido!

Ciego viví, y al fin, desengañado,
hecho Argos de mi mal, con tristes ojos,
huir te veo, y véote perdido.

LOCALIZACIÓN
Luis Carrillo y Sotomayor es un soberbio poeta del Barroco…

En crespa tempestad del oro undoso

Francisco de Quevedo, soneto
Afectos varios de su corazón,
fluctuando en las ondas de los cabellos de Lisi

En crespa tempestad del oro undoso
nada golfos de luz ardiente y pura
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello deslazas generoso.

5-Leandro en mar de fuego proceloso,
su amor ostenta, su vivir apura;
Ícaro en senda de oro mal segura
arde sus alas por morir glorioso.

Con pretensión de fénix, encencidas
10- sus esperanzas, que difuntas lloro,
intenta que su muerte engendre vidas.

Avaro y rico, y pobre en el tesoro,
el castigo y la hambre imita a Midas,
Tántalo en fugitiva fuente de oro.

I-ETAPA EXTERNA (Descripción externa del texto)

SITUACIÓN DEL TEXTO EN SU MARCO Y…