Comentario de texto de las coplas de Manrique (III)

Esta entrada es la parte 3 de 4 del curso Comentario de las 40 coplas de Jorge Manrique

ESTRUCTURA Y RASGOS SINTÁCTICOS
Como otro elemento que muestra esa elasticidad estructural contamos con la pluralidad de las estructuras sintácticas configuran la obra. No sólo aparecen frases imperativas:
I: “recuerde el alma dormida…”
y enunciativas:
III: “… nuestras vidas son los ríos…”,
sino también interrogativa es:
XVII: “… ¿qué se hyzieron las damas?…”
y exclamativas:
XXVI: “… ¡qué señor para criados!…”
y, por supuesto, subordinadas y coordinadas de todo tipo que van dando forma al pensamiento del poeta.
Como vemos, el perfil de las construcciones sintácticas se ajusta a los diferentes momentos temáticos de la obra.
Las frases en indicativo suelen aparecer en los pasajes sentenciosos donde el poeta afirma verdades universales de carácter intemporal, frecuentemente con el empleo de verbos en presente intemporal. Las oraciones imperativas cuando el poeta invita a la reflexión sobre las verdades últimas de nuestra existencia. La frase interrogativass y exclamativas para los momentos de mayor patetismo como en la evocación del tópico del Ubi sunt? o como en la alabanza de las virtudes de su padre.
Otra característica muy marcada de la configuración sintáctica de las Coplas manriqueñas es que prácticamente todas las coplas constituyen una unidad de contenido y, como correlato, prácticamente todas las coplas constituyen también una unidad sintáctica, un bloque sintáctico definido.
Si reparamos en la cuestión del sujeto gramatical de las frases que componen la obra, hay un amplio abanico de posibilidades. El poema oscila entre la tercera persona del singular, por ejemplo en diversos momentos narrativos, tal como cuando hace un repaso a la vida y hazañas de su padre:
XXXI” :… éstas sus viejas historias que con su braço pintó…”,
la primera persona del singular, para marcar su aproximación emotiva a todo aquello en torno a lo cual está reflexionando a lo largo del poema:
IV: “… dexo las inuocaciones…”,
la primera persona del plural, cuando el poeta nos arrastra en sus meditaciones acerca de la vida y de la muerte:
XV: “… dexemos a los troyanos…”,
y también recurre en ocasiones a la fórmula de la segunda persona del plural, en unos requerimientos al oyente que nos envuelven por completo en el desarrollo de universales que nos afectan a todos:
VIII: “… Decidme: la hermosura…”
Constatemos también el hecho, muy significativo, de que Jorge Manrique emplear las fórmulas de plural, de modo preferente, en la primera parte de de las coplas, en tanto que recurre mayoritariamente la tercera persona del singular cuando especula con las hazañas y muerte del Maestre.
Se trata De un nuevo acoplamiento entre la forma y el fondo. El poema en su discurrir temático va deslizándose de lo general a lo concreto; del uso del “nosotros” que hace partícipes de las ideas expuestas a todos los lectores, en la primera parte de meditación general sobre la vida y la muerte, al empleo de “él” que singulariza la persona de don Rodrigo y hace que todas las han tenido las reflexiones de carácter universal se concreten y tomen carne en la figura de su padre muerto.
También podemos destacar la preponderancia de unos tiempos verbales sobre otros en las diferentes fases del poema.
En efecto, el empleo frecuente de un determinado tiempo verbal en una parte concreta de la obra está en función del tema dominante en ese apartado.
En la primera parte nos encontramos un predominio de los definitivos, presentes de negativo y pretéritos decididos. Tiempos verbales todos estos que indican por un lado la reflexión de carácter intemporal, y por otro acción en tasa instantánea o completamente acabada (aspecto perceptivo). Todo ello acompaña muy bien lo que lo dice en esencia en su primera parte Jorge Manrique, que el carácter puntual y pasajero de la vida, la brevedad del tiempo son verdades eternas. Lo fugaz y lo eterno de esa fugacidad quedan retratados con el predominio de esas formas verbales que hemos señalado.
En la parte de los ejemplos, sobresalen los tiempos pretéritos, de manera especial el pretérito indefinido. Igualmente coincide con el fondo temático (Ubi sunt?), una evocación melancólica del poderío y fastuosidad de las Cortes y nobles de otrora que han quedado reducidos a polvo en poco tiempo. Aquí vemos la acción del pretérito de indefinido que contribuye a la sensación de fugacidad y acabamiento (tiempo pretérito y aspecto perfectivo).
En la tercera parte de la obra el equilibrio es notorio. La causa hemos de buscarla en que el autor lanza una mirada retrospectiva al pasado glorioso del maestro Rodrigo y, posteriormente, avanza a través de su presente acceso futuro en la otra vida. Consecuentes con tales postulados temáticos, los verbos se reparten entre los tres tiempos: pasado, presente y futuro.
Otro aspecto a destacar es la abundancia de verbos intransitivo es que la primera parte (excluyendo el apartado de los ejemplos). Obedece, sin duda, a la naturaleza intrínseca de los aspectos allí tratados. Se comenta la fugacidad de la vida, su rápido acabamiento. Parece lógica, pues, la incesante presencia de verbos como: “pasa”, “se va”, “viene”, “fue”, “se es ido”, “venido”, “pasado”, etc., etc. dado que todos ellos producen una evidente impresión de fugacidad.
Sintetizando, la variedad de la obra no es aleatoria, sino que se distribuye armoniosamente a lo largo de los diferentes apartados de las Coplas de manera que su mensaje, su tema principal y los diferentes subtemas se desarrollan con una gran elegancia y eficacia expresiva.

(Continuará...)
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