Comentario de texto de Inteligencia,dame…

Comente este poema de Juan Ramón Jiménez, del libro Eternidades, y preste especial atención a la definición de poesía.
[3 puntos por el contenido; 2 puntos por la capacidad de argumentar y estructurar coherentemente el comentario]

Juan Ramón Jiménez, Eternidades

¡Inteligencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
… Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente. 5
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos 10
los mismos que las aman, a las cosas…
¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

Características del examen. En definitiva, se trata de esclarecer el significado del poema, que en este caso es lo que se valora principalmente. Junto a ello, no hay que olvidar hacer referencia al tipo de métrica empleada. Todo ello quedará perfecto si se es capaz de poner en relación las características del poema con la etapa a la que pertenece e incluso con el libro, recordando por ejemplo, su publicación en los años 1916-1917. Hay que pensar que esto es sólo una parte del ejercicio (hay otras preguntas en el examen aparte del comentario), por lo que no hay que hacer un comentario excesivamente analítico, sino sintético. Por tanto, deben comentarse los rasgos estilísticos sólo por encima, señalando sus trazos generales y no entrando, si no es estrictamente necesario, a comentar de un modo detallado ningún recurso en concreto.
Los dos puntos restantes, como ya dice el mismo enunciado, se asignan en este caso de acuerdo con el nivel de redacción, la capacidad de argumentación, la coherencia del discurso, la fluidez, corrección y madurez expresiva y, en definitiva, la cohesión y articulación del comentario.

COMENTARIO

LOCALIZACIÓN / CONTEXTUALIZACIÓN

Se trata de un poema del libro Eternidades de Juan Ramón Jiménez publicado en 1916-17. Estamos ya, por tanto, en la tercera etapa de su obra, la conocida como “Poesía desnuda”, aunque bien es sabido que Juan Ramón Jiménez reflexiona mucho sobre su obra y la clasificó de diversos modos en distintos momentos de su vida. En este sentido hay que recordar que lo que escribió entre 1916 y 1923 también lo llamó “Época intelectual” en una de sus clasificaciones.
En cualquier caso, este poema se inscribe en ese giro que da la poesía de Juan Ramón Jiménez tras un libro fundamental Diario de un poeta reciencasado publicado en 1916. En este nuevo rumbo tuvo mucho que ver su lectura de poetas en lengua inglesa (Yeats, Tagore..), lectura en la que suele decirse que pudo influir su propia esposa, Zenobia Camprobí.
La poesía de Juan Ramón Jiménez adoptó un tono más intelectual, conceptista y abstracto. En realidad, no puede decirse que dejara de ser modernista (toda su vida creyó serlo) o que abandonara el simbolismo, que era su principal fuente de inspiración poética y, en sentido profundo, la raíz de su visión del mundo.
Lo que hizo fue depurarlo ,convertirlo en un simbolismo abstracto que se concentra en la temática metafísica y epistemológica asociada a la tarea del artista, a su Misión en el mundo.
Juan Ramón Jiménez siempre consideró que toda la literatura que iba desde las últimas décadas del siglo XIX hasta el final de su vida, formaba parte de un mismo movimiento (antiburgués y antirrealista) que él siempre llamó Modernismo. En sus propias palabras: “Un gran movimiento de entusiasmo y libertad por la belleza”.

TEMA 

El tema de este poema es el deseo del conocimiento comunicable a través de la poesía. El yo literario desea llegar al conocimiento mediante la poesía, poder fijarlo en ella para así hacerlo inteligible y poder compartirlo.
El yo literario se exige a sí mismo, exige a su inteligencia, que es parte de la Iteligencia o Absoluto o Espíritu Universal, que le permita plasmar en su poesía una parte de ese Espíritu (o Intelijencia), de manera que sea comunicable a los demás. El poema toma la forma de una invocación a la inteligencia, casi de una oración para convocar a ese poder que le permite actuar de médium para comunicar en sus poemas la auténtica realidad a los demás.

Esto mismo nos permite comprobar que la postura fundamental de Juan Ramón Jiménez no cambió en esta etapa, ni cambiaría nunca, y que con razón se refería a él a su quehacer poético como una “Obra en marcha”, un proyecto artístico que evolucionaba pero que en lo básico fue desde muy pronto el mismo, tenía el mismo objetivo. También hay que recordar aquí el componente krausista de este concepto, pues Juan Ramón integró fácilmente en su pensamiento la idea de que la vida del hombre era un proyecto en marcha cuya realización plena no se alcanzaba hasta el fin de la misma.
Y ese objetivo no es otro que el propósito inicial de los modernistas. Los modernistas, como los simbolistas o los románticos, concedieron a la literatura un papel eminente sobre las demás vías de conocimiento del hombre.

La tarea del poeta es la aquilatación y mejoramiento de las visiones ofrecidas por los saberes convencionales: “acabar el saber”. Lo propio de la poesía es revelar los misterios últimos del hombre y del mundo, que, por su naturaleza espiritual, se consideran fuera del alcance de la razón convencional. Son suprarracionales (la Razón Infinita de los filósofos idealistas del XIX) y solo por medios que vayan más allá de los racionales pueden ser captados por la conciencia. Ese es el papel de la poesía.
El poeta tiene un papel especial en el mundo, porque es un individuo dotado de una especial sensibilidad (hay, incluso, un fondo darwinista en esta línea de pensamiento poético) que le permite ponerse en contacto con ese espíritu universal. Aquí se ve también cómo Juan Ramón Jiménez continúa una tradición modernista, simbolista y romántica (recordemos el verso de Rubén Darío: “¡Torres de Dios, poetas!“), cuya última raíz en nuestra cultura está en Platón y su consideración de los poetas como médiums de los dioses.

ESTRUCTURA

El poema se estructura claramente en tres partes. Se abre y se cierra con la invocación a la inteligencia repetida al final de modo que se implica a los demás en esa labor del poeta:

¡Inteligencia, dame
el nombre exacto de las cosas!…
(…)
¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!”

No es un arte solipsista, Juan Ramón no se ve a sí mismo encerrado en una torre de marfil -en contra del reproche que le hicieron algunos autores la Generación del 27-, sino que cree ciegamente que la tarea del poeta es un bien común, pues lo que su especial sensibilidad logra captar permitirá a los demás comunicarse también con la auténtica realidad espiritual del mundo. Como hemos ido explicando, Juan Ramón cree que la poesía proporciona un conocimiento de carácter universal, no es simplemente una placentera ocupación egoísta de un artista embelesado en sí mismo. La poesía es comunicación de la verdad ideal a los demás.
Se trata por tanto, de una estructura abrazada. La parte central del poema despliega de manera analítica y detallada lo que ya anuncian los dos primeros versos y repiten y aclaran los tres versos finales.

ANÁLISIS MÉTRICO Y ESTILÍSTICO

En cuanto al estilo, se puede señalar que se observa el característico conceptismo y el tono abstracto de esta época. Se aprecia que Juan Ramón ha dejado atrás las notas sensoriales o descriptivas que en algún momento de sus primeras etapas sí tuvieron presencia en sus obras. Tampoco hay metáforas ni tropos en general. Estamos, en definitiva, ante un ejemplo de lo que es esa “poesía desnuda”.
Por lo que se refiere a la métrica, lo más destacado de este poema es su combinación de elementos tradicionales y novedosos.
No responde exactamente a ningún tipo de estrofa de las incluidas en el repertorio métrico tradicional. En cuanto al ritmo de cantidad, hay versos de diferentes medidas, aunque predominan los heptasilabos y endecasílabos, repartidos sin ningún orden concreto a lo largo del poema.
En cuanto al ritmo del timbre, hay tres rimas en el poema (dame,cosas,todos), aunque, en realidad, lo que se repiten son las tres palabras en toda una serie de versos.
Este hecho, junto a los paralelismos reforzados, en la mayoría de los casos, por reiteraciones léxicas (Que por mí vayan...), podría llevar a pensar que el poeta intenta conseguir el ritmo a base de repeticiones extramétricas (fuera de los cuatro ritmos clásicos), al modo de lo que ocurre en la poesía moderna con los versículos.
Pero también es verdad que los dos primeros versos actúan como una especie de estribillo parcialmente repetido en los tres versos finales, con lo que si unimos esto a la repetición de la rima en los versos centrales del poema y, en concreto, a la repetición de la rima del segundo verso (cosas), llegamos a la conclusión de que el poema está construido libremente sobre una estructura similar a la de estrofas tradicionales como el zéjel y el villancico.
Pero, en definitiva, la libertad en el tratamiento de la métrica, sin buscar efectos demasiado espectaculares ni perderse en grandes experimentaciones, hace también de este poema una obra característica de esta etapa de Juan Ramón Jiménez.

EXAMEN DE LITERATURA ESPAÑOLA DE LAS PAU (SELECTIVIDAD), CATALUÑA

9 comentarios en «Comentario de texto de Inteligencia,dame…»

  1. Impresionante comentario Y creo que podría valer para otros conocidos poemas de JRJ Yo los comentaría de la misma forma cambiando lo que haya que cambiar para cada poema Saludos!

  2. ¡Menuda mierda de comentario! ¿Cómo se puede ser tan ambiguo y superficial? ¿Y el análisis semántico? ¿y el pragmático? Ten falta mucho todavía…

  3. < <<>>

    Efectivamente, menuda mierda. Estás tan preocupado por hacer SPAM que no entiendes cómo está hecha esta página,ni para qué sirve cada página en concreto, ni qué es lo que debes bnuscar y esperar encontrar en cada página en concreto.

    Y el enlace que das es un bodrio absoluto, un refrito. Si quieres un modelo de comentario adecuado a cada nivel, puedes buscar varios.
    Pero no, sólo buscas el SPAM.
    No se inventó internet ayer; ni se inventó para ti.

  4. Juan ramon esscribe: inteliJencia dame el nombre eSacto …. porque para él la -g- suena igual que la -j- y la -s- igual que la -x- y por eso tambien se peude escribi su nombre tanto asi: JUan Ramon Gimenez ; como asi:Juan Ramon Jimenez

  5. Lamento corregirte, pertenece a la segunda etapa de Juan Ramón, no a la tercera.
    Es un poema de su obra ”Eternidades”…
    por lo demás, un comentario increible.

  6. Lory tu eres GILIPOLLAS.. Si tanto sabes no busques informacion en paginas como estas chico listo.. Espero que te haya ido de lujo tu vida y tengas cosas a las que criticar. Un saludo chavales

  7. Hay diversas clasificaciones por etapas de la obra de JRJ, así que es tanto de la 2ª como la de la 3ª, según el cristal con que se mire 🙂

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